El pasado sábado estuve en el Taller de Encuadernación Japonesa que impartió Ishtar Olivera en Madrid.
Tengo un montón de fotos que enseñaros, no del taller, porque cometí el error de no llevarme la cámara, pero sí de las cosas que hice. Aunque, si queréis haceros una idea de cómo fue, y ver a Ishtar en acción, podéis visitar los blogs de
Silvia y
Beatriz (ella asistió al taller del domingo, pero también ha hecho un reportaje muy bonito; con unas fotos preciosas).
En primer lugar, quiero deciros que me encantó ¡¡todo!!. Como en el anterior taller de Ishtar al que asistí, cuando llegamos ya estaba todo el material dispuesto encima de las mesas. Me hace mucha ilusión llegar y pensar que todas esas cosas bonitas las vamos a utilizar en nuestros trabajos.
En segundo lugar, dar las gracias a dos de mis compañeras, que llevaron regalitos para todas:
A Silvia, por sus preciosas galletas.
Y a Anna, por esta alegre mariposa de origami.
Lo primero que hicimos fue practicar en unos cartoncillos los tres tipos de cosido que aprendimos. Cada agujerito hecho con el punzón lo marcamos con un número que indicaba en qué orden debíamos meter después la aguja con el hilo:
El más sencillo se llama Yotsume toji.
Éste, con una dificultad intermedia, se llama Kangxi.
Y, por último, Kikko toji, o caparazón de tortuga.
Incluso estos sencillos cartoncillos me parecen preciosos, simplemente decorados con un poco de washi tape y unos sellos japoneses que nos prestó Ishtar ¡Había tantos y eran todos tan bonitos, que no sabía cuál elegir...!
Después de aprender cada técnica de cosido, hicimos tres cuadernos o libretas.
La primera, con una postal ilustrada por Ishtar. Cualquier tipo de cubierta sirve para esta clase de encuadernación: postales, fotos, cartones de envases..., siempre que no sea un cartón demasiado grueso.
La segunda libreta, la que más me gusta, está hecha con cartón reciclado, y decorada con washi tape, con dos sellitos japoneses y con unas preciosísimas pegatinas que voy a enseñaros en un primer plano, porque a mí me encantan y quiero que las veáis de cerca.
¿A que son riquísimas?
Aunque la libreta, en su interior, está compuesta de páginas de papel blanco normal, le añadí, como primera y última, dos páginas de una revista antigua de bordados que había llevado yo. Pensé que quizá podría utilizarla en alguno de los cuadernos, y la verdad es que me gusta bastante el resultado:
Y el tercer cuaderno, forrado de papel japonés, quedó así de bonito:
Nunca había trabajado con papel japonés, y me gustó mucho, porque es muy resistente y flexible, pero también porque tiene unos estampados preciosos.
¡Pues esto es todo!
¡No pude salir más contenta del taller!
Ya espero impaciente a que vuelva a organizar otro en Madrid, de lo que sea, es igual, porque Ishtar lo cuida todo al detalle y da gusto trabajar con ella y rodeada de cosas bonitas.
¡GRACIAS!