Se encuentra en el Palacio de Santa Bárbara, en la calle Hortaleza, 87, de Madrid.
En este espacio tendrán lugar, hasta el mes de octubre, exposiciones, talleres y eventos varios...
Uno de los talleres impartidos es el de Bisutería Ilustrada, organizado por
Fábrica de Texturas, al que yo asistí el sábado pasado.
La entrada, espectacular, como podéis ver...
La sala donde se realizó el taller, grande, luminosa... preciosa.
Y, sobre esta maravillosa y gigante mesa, Silvia Calles, de
La Antigua, nos enseñó cómo trabajar un plástico mágico que encoge al calentarse y que es muy, muy divertido.
Este plástico tiene el grosor de una cartulina y una cara rugosa y otra brillante.
Dibujamos el motivo que hayamos elegido sobre la parte rugosa, habiéndola lijado previamente con una lija muy fina.
Tendremos en cuenta que, una vez calentado con una pistola de calor, reducirá siete veces su tamaño. También aumentará su grosor.
Insistí varias veces con dibujos parecidos, porque este plástico es un poco impredecible y, a veces, el resultado no es el deseado... Bueno, eso, y mi falta de experiencia con el material, claro.
Este koalita convertido en llavero fue la primera pieza que resultó medianamente decente.
Después dibujé unas nubes: una solitaria y la otra con tres agujeritos, para formar una composición con tres gotas de lluvia azules.
Y aquí veis mi producción del taller de Bisutería Ilustrada.
Todo es en tamaño mini. Algunas de mis compañeras se atrevieron con dibujos grandes, pero yo comprobé que el plástico, al calentar, es mucho más controlable si es de pequeño tamaño, así que no quise arriesgar.
Me encantan estas piezas de plástico a las que puedes dar miles de usos.
Me gustaría hacerme con el material necesario para hacer cientos de ellas... ¡es tan divertido!