Papá Noel (y compañía).

Supongo que todos conocéis a Papá Noel.

El que yo conozco es pequeño, gordito, con una larga barba blanca, y poco más grande que una seta.

Por estas fechas tiene mucho trabajo, preparando y organizando regalos.

Pero... ¿Sabéis que no lo hace solo?

Hay una persona muy importante que lo ayuda y, sin ella, Papá Noel terminaría muy, muy cansado.

Ella es... ¡¡Mamá Noel!!

Tan pequeñina y gordita como él, y con un pelo largo, largo, que recoge en dos bonitas trenzas.

Forman una graciosa pareja y un perfecto equipo que consigue repartir miles de regalos a niños (y no tan niños) en una sola noche.

Junto a ellos vive este cervatillo, que es una suave y tierna compañía.

Se quieren mucho, y lo demuestran continuamente, dándose besos de esquimal, nariz con nariz.

Aún les queda una semana de duro trabajo, pero el día 24 tendrán todos los regalos bien envueltos y listos para repartir.

No te olvides esa noche de dejar un poco abierta la ventana, para que puedan entrar fácilmente y dejar algunos en tu casa. 

Y estate atento porque, a veces, se dejan ver.

Yo los he visto...