Ayer por la tarde salí a comprar media docena de huevos para la cena.
Ya de noche, con la sartén y todos los utensilios preparados, abrí la huevera.
Pero...
¡¡Oh!! ¡¡Sorpresa!!
En lugar de media docena de huevos, me encontré... ¡media docena de animalitos!
De colores variados, ojitos negros y hociquillos marrones... ¡eran riquísimos!
Ellos, al principio, se asustaron.
Pensaron que, a falta de huevos, su destino sería la sartén humeante.
¡Jamás se me habría ocurrido!
Aunque no sabía muy bien qué hacer con ellos....
Saqué uno, lo miré durante un rato, y tuve una idea:
Decoré la huevera con papel, pegatinas y washi tape...
... la cerré con una cinta y, con los seis animalitos dentro, se la regalé a mi hermana para que adorne la habitación del bebé que espera para febrero.